Fin de año
A – Todavía no puedo creer lo que le pasó a Leo...
Yo - ¡qué tristeza para los que quedamos acá, él estará feliz en
su dimensión..!
A – Y dejó su huella, ¡qué lindo eso!
Yo – Al final tenía razón lo que decía el filósofo que vendía
chocolates en el ómnibus: “Compre, señora, hoy estamo, mañana no
sé...”
A – ¡Un sabio!
Yo – Se va terminando el año... siento cosas que me pasan todos
los fines de año... Está bueno que haya ciclos, ¿no? ¿Qué
opinás?
A – y... es natural...
Yo – Otra teoría es vivir permanentemente la vida lineal... pero
los ciclos tienen eso de morir y renacer con más fuerzas...
disfrutar de que se termina una etapa y empezar con más ganas...
A – Es.
Yo – Algo que lo tengo absolutamente claro: la miel, el chocolate y
los sahumerios NO SON PARA EL VERANO.
A – No sé... Este calor me anula el razonamiento...
Yo - ¿El calor?
A – Me gusta que esa pared quede lisa. Voy a cortar esa
enredadera...
Yo – Pero... ése es un rincón verde... las plantas quedan
perfecto con los adoquines y esa mesa.
A – La quiero así, lisa y naranja.
Yo - ¡Uf! Si fueras alumna de decoración y parquización tendrías
un UNO...
A – Ni vos ni yo vamos a mantener esa enredadera... mejor la
saquemos...
Yo - ¡Ay, Dios! Mirá esa pared del frente, ¿la ves, cabecita loca?
Bueno, quedaría hermosa con tu color naranja liso... Acá quedan
mejor las plantas... Allá no crecen ni los cactus de tanto sol...
A – Yo quiero mi rincón mejicano acá... ¡Viva Frida Khalo!
Yo – Vos estás divorciada del feng shui...
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